Víctor
es un chico de Herencia (Ciudad Real) de 23 años (20 cuando hizo el InterRaíl) que
durante su carrera de odontología aprovechó algunos veranos para viajar, uno de
ellos el de 2014, cuando realizó un viaje en InterRaíl con sus amigos. Hemos
decidido entrevistarle para saber más acerca de la experiencia IR a través de
alguien que lo ha vivido en primera persona.
P: ¿Por qué te decidiste a hacer un InterRaíl?
R: Porque
nos pareció una forma fácil y barata de viajar y de ver varios países. Además
era verano y quería aprovecharlo para viajar. Mi amigo Adrián me informo de él
y la verdad me pareció una idea perfecta. Además yo creo que el IR es uno de
los pocos viajes que puedes combinar el modo mochilero con alguna estancia en
hotel. Por ejemplo conozco gente que no quiere hacer IR porque solo quiere
hoteles, y otros que aman el plan mochilero. Con el IR puede dormir en varios
sitios, incluso trenes y estaciones o buscar la comodidad de los hoteles.
P: ¿Cómo lo planificaste?
R: Pues
al principio éramos 2 personas y al final acabamos siendo 4. No lo teníamos muy
claro inicialmente, pero 1º sacamos los billetes de InterRaíl. Elegimos el
Global Pass y sacamos los aviones el mismo día prácticamente, sin pensar. Eso
fue con bastante tiempo, como con 1 año antes, y entonces empezamos a
planificar. Nos dividimos un poco las tareas. Definimos el itinerario entre
todos, empezando en Roma y dejando un poco más abierto el camino hasta acabar
en Paris. Jose se encargó de las reservas de alojamiento, yo de los aviones y
las gestiones, Tomás de buscar planes para hacer en cada ciudad y Adrián de todo
un poco en general, los detalles de cada paso, etc. Durante
el viaje también hubo tareas. Yo me encargaba de la música y Tomás de escribir
en su “diario negro” cada detalle que no queríamos olvidar. Nunca olvidaré el
pasaje de Ámsterdam y la raya de ceniza manchando las páginas. ¡Eso es ya
historia de nuestra vida!
P: ¿Qué ruta hicisteis? ¿Cómo la decidisteis?
R: Sabíamos
que queríamos ver muchos países en un mismo viaje. Nos hubiera gustado ver más países
del este, pero priorizamos mucho poder aprovechar bien el tiempo. Fue más Adri
el que se encargó de mirar las combinaciones de trenes y todos los trayectos
posibles para aprovechar al máximo los días de viaje que nos permitía el Global
Pass de 10 días. Al final, hablando, fuimos definiendo la ruta Valencia-Barcelona-Roma-Venecia-Viena-Praga-Berlín-Ámsterdam-París.
R: Sí
los consultábamos. Los veíamos en la App de InterRaíl en el hotel, pero los teníamos
planeados ya desde España. Bastante antes de salir nos acercábamos a la
estación a comprobar que fueran correctos porque fuera del hotel, sin wifi, no
teníamos internet y no podíamos usar la App (o no sabíamos, pero preferíamos
asegurarnos).
P: ¿Reservasteis todos los alojamientos antes de
iniciar el viaje?
R: Algunos
eran gratis por conocidos que nos cedían su casa. Los demás estaban reservados
en hostales o albergues, aunque hubo noches que dormimos en la calle como en
Roma o Barcelona (a la ida en el aeropuerto porque el vuelo salí muy pronto y a
la vuelta en la calle porque el tren a Valencia salía como a las 6) o en el
tren al usar trenes de viaje muy largo como en el viaje de Ámsterdam a París o
de Venecia a Viena.
P: ¿Recomiendas algún sitio en particular para
alojarse? ¿Algún consejo?
R: Me
gustó mucho el hostal de Berlín, al lado de Alexander Platz. Era un hostal
juvenil y tuvimos que compartir habitación con 1 chico y 3 chicas. A uno de mis
compis le hizo gracia una de las compañeras de habitación y antes de irnos le
dejó una nota (la chica era inglesa según nos dijo) que ponía “Rise and shine”.
Cómo
consejo pues que lo mejor son albergues de habitación compartida para mi gusto.
Son lo más barato y es bastante raro que haya problemas de robos, sobretodo
porque nosotros en el albergue solo dejábamos ropa que no usaríamos ese día.
Todo lo de valor lo llevábamos (pesa a ser pocas cosas) y la afluencia de gente
joven te da bastante tranquilidad en este aspecto. Además solo lo pisas para
dormir, así que no te importa mucho la intimidad o la comodidad. Es sin duda la
mejor opción, quitando que tengas algún amigo en la ciudad que pueda darte cama
para varios).
P: ¿Cómo organizasteis la gestión del presupuesto?
R: Pues
esto fue curioso, porque íbamos pagando cada uno ciertas cosas según mejor nos venía.
Yo y Tomás nos quedamos sin efectivo y había sitios que no se podía pagar con
tarjeta (y no queríamos sacar dinero por las comisiones), así que lo íbamos anotando
entre unos y otros y lo íbamos compensando. Lo apuntábamos todo en el móvil.
Teníamos varios grupos de WhatsApp para nosotros 4 según lo que queríamos
hablar en cada uno y había uno que era para las cuentas. Nos fue muy útil.
Calculo que acabamos gastando como 700€ los 21 días que estuvimos por Europa.
R: Ámsterdam,
sin duda. ¡Era un cómic! Una ciudad real sacada de un cómic. Todas las demás tenían
su arte y su arquitectura romana, barroca etc., pero es que Ámsterdam era otro
mundo. Todo colorido, las casas se apoyaban unas con otras, parecía un dominó.
Todo lleno de canales, formando un hexágono. Las plazas enormes, lleno de bicis.
Y luego, lo que parece una ciudad “seria” por el día, por la noche se convierte
en un despropósito. Entre la gente, los barrios y los coffee shops… brutal
todo.
P: ¿Qué planes recomiendas durante el viaje?
R: Metería
mucho más ocio, la verdad. Metería más Ámsterdam en el InterRaíl. Nos faltó
tiempo… Recomendaría hacer videos. ¡Grabarlo todo! Grabar videos haciendo el
tonto, videos repitiendo algo en los diferentes sitios, bailando, etc. Nosotros
hicimos algunas cosas así y la verdad que queda un recuerdo muy divertido.
Recomiendo ver los lugares turísticos, obviamente, pero recomendaría atreverse
a hacer todo, a hacer el tonto sin vergüenza y disfrutar. Salir de tu mundo, desinhibirte
y atreverte a hacer todo lo que no harías en España. Desconectar de lo tuyo al 100%
y conectar con el mundo.
P: ¿Nos puedes dar algunos consejos para viajar en
InterRaíl?
R: Que
tengas tiempo y ganas de divertirte, lo más importante. Aparte de organizarlo
bien y tal, pasar por Ámsterdam. Sin duda si repito será una de mis paradas. Pero
sin duda el consejo clave es que viajes para hacer el tonto y te atrevas a
hacer el ridículo. “No nos conoce nadie” nos repetíamos nosotros cada 5
minutos.
P: ¿Qué es lo mejor de viajar en grupo?
R: Lo mejor fue poder apoyarte en ellos. Nunca te sientes solo y sobretodo puedes organizarte mejor. Viajar es algo que hay que compartir. ¡Además haces mucho el tonto y con más cabezas pensando salen más planes locos!
P: La compañía, ¿Te supuso un problema?
R: Sinceramente,
sí. Todo empezó genial pero había un chico al que no conocía inicialmente y
resultó cambiar mucho al conocerle. Para mí personalmente fue una carga. En
varios momentos cabreaba a uno de mis amigos y fue algo que realmente me da
mucha pena recordar del viaje, pero bueno, tratamos de relativizar y disfrutar
a pesar de todo. Tanto tiempo con las mismas personas y las 24h del día al
final es fácil que haza roces.
R: Lo
mejor fue lo bien que me lo pasé, darme cuenta de que las personas que eran mis
amigos lo eran de verdad y que podía compartir algo tan brutal con ellos. Lo
mejor también fue la variedad de experiencias y de lugares, obviamente. Todo
quedó grabado en “fotos mentales”.
P: ¿Y lo peor?
R: Lo
peor los roces con el compañero, claro. Fuera de problemas propios del viaje,
lo peor es que haya algún mal rollo. En Croacia, en un viaje que hice hace poco,
nos quitó el coche la grúa y eso fue un problema, pero sin duda nada que ver
con tener mal ambiente en el grupo. Hay mil cosas malas que pueden pasar en un
viaje. Como en uno que hice de voluntario a Ghana con Adri también, en el que
subimos a un trotro (una especia de furgoneta-autobús en el que nos metían a 50
personas apretadas) en el que sufrimos 12 horas de viaje con sudores, agobios y
amagos de tumbada en los que pensé que iba a morir, literalmente. Lo pasé fatal
pero son cosas que luego recuerdas y las cuentas y hasta te ríes. Son anécdotas
que recuerdas hasta con cariño. Una pelea no. De ninguna forma.
P: ¿Harías un nuevo InterRaíl? ¿Dónde irías?
R: Claramente
sí. Iría al norte o al este. Me llama más el este con Estambul, Bulgaria,
Grecia, la Transilvania de Rumania… ¡Necesito ir! El norte me llama pero me frena
el perder mucho tiempo en los trenes por las distancias, así que creo que el
próximo será al este. Porque sí o sí habrá próximo.
P: ¿Qué cambiarías para un próximo InterRaíl?
R: La
compañía. Obviamente uno de los integrantes lo quitaría y añadiría a mi hermano,
a mi amigo Samu, repetiría con Adri y Tomás… Aunque no me gustaría que el grupo
fuera muy grande. Me gusta que seamos pocos porque es más fácil ponerse de
acuerdo y además no se generan grupos y hay muchísima conexión después de una
experiencia así juntos. ¡Sobre todo por el tema comidas es difícil cuadrar!
P: ¿Te ha cambiado este viaje?
R: Pues
en parte sí. Yo creo que todo te va cambiando en la vida e invertir en viajar
es invertir en vivir. Cuando viajo y conozco culturas y gente comparo con lo
que tengo y me doy cuenta que donde yo vivo y lo que tengo no es lo único que
existe. Me hace ver que habiendo tanto ahí fuera debo apreciar lo que tengo y
me hace experimentar una sensación de satisfacción con lo que tengo y de
felicidad de ver que hay mil formas más de ser feliz. Si vivir es un viaje, por
así decirlo, en el que sabemos que hemos empezado y que va a acabar, cuantas
más experiencias viva en este viaje, valga la redundancia, más siento que vivo.
Y además es algo que puedes compartir, y compartir es vivir… y viajar también,
y si lo juntas… ¡Boom!